¿Podemos obtener un resultado estético con un blanqueamiento dental tapando una dentadura deteriorada? ¿Buscarías sólo un resultado estético sabiendo que la salud no está bien? Te invito a que pienses en la salud como la piedra angular para obtener la estética deseada.
Una bella sonrisa es una excelente carta de presentación. Pero cuando los dientes no han sido bien cuidados, causan mal aspecto y hasta pueden bajar la autoestima. ¿Sabías que el deterioro también genera graves problemas digestivos al no masticar correctamente? ¿Sabías que perjudica la manera de comunicarnos alterando la pronunciación?
“Podemos repensar en dientes “blancos” y relucientes como consecuencia de vitalidad y excelentes cuidados”
Blanca es la luna y la leche, pero definitivamente no lo son los dientes. Su color natural se presenta en toda una gama que van del gris al amarillo. ¿Cuál es el objetivo entonces de realizarse un blanqueamiento? Pareciera sólamente una imposición social, un estándar de belleza que, como en la mayoría de los casos, no piensa en la salud. Pero podemos repensar en dientes “blancos” y relucientes como consecuencia de vitalidad y excelentes cuidados.
Los invito a hacer un recorrido por los puntos a tener en cuenta en la búsqueda de la sonrisa perfecta 🙂
Recambio de restauraciones filtradas.
Antes de realizar una técnica de blanqueamiento es imprescindible cambiar las restauraciones que se encuentren filtradas, si no lo hiciéramos los químicos utilizados durante el procedimiento penetrarían en el interior de las piezas dentarias causando graves daños en la pulpa dental (nervio).
Por otro lado, hay casos en los que una restauración grande, desbordante y mal pulida genera un problema puntual de falta de estética. Es importante una revisión detallada en estos casos que asegure tratar en primera instancia las piezas deterioradas.
Otro punto es la rehabilitación de piezas faltantes, eje fundamental al buscar estética (y además restablece la función masticatoria). La línea de la sonrisa en la mayoría de los adultos llega hasta el primer molar. Cuando una pieza fue extraída, la mejor opción que podemos encontrar es realizar un implante dental. Hoy en día las técnicas para su colocación son simples e indoloras. El implante es un elemento artificial que al fijarse al hueso en forma definitiva permite sostener firmemente una corona de porcelana. Ésta deberá mimetizarse con el resto de las piezas dentarias naturales. Un odontólogo especialista en prótesis es el indicado para realizar esta rehabilitación. Los excelentes resultados debido a los avances en este campo han hecho que sea uno de los tratamientos más elegidos.
Las malposiciones dentarias son otro punto a tener en cuenta, ya que generan mayor riesgo de desarrollar caries e infecciones en las encías. En zonas muy difíciles de limpiar se acumula más placa bacteriana y sarro. En consecuencia, se empeora el aspecto. La malposición genera a su vez una ilusión óptica de oscurecimiento de las piezas que se encuentran “escondidas”. Esto no es un cambio de color, básicamente una pieza emite sombra sobre la otra.
Esto se soluciona corrigiendo la posición dental mediante un tratamiento de ortodoncia. Lo ideal es que sea detectado a tiempo. Cuanto más joven es la persona, el pronóstico será más exitoso.
“Considero que parte de una buena atención odontológica es enseñar técnicas de higiene adecuadas a cada persona”.
Respecto a las fallas en la técnica de higiene podemos decir que provocan permanencia de placa bacteriana y sarro sobre las superficies. Las piezas dentarias dejan de verse brillantes y lisas para pasar a estar opacas y deslucidas. El enrojecimiento y sangrado de las encías también quita naturalidad. El color de las encías sanas es rosa pálido.
La higiene cotidiana debe ser realizada “a conciencia”. La principal regla es cepillarse tres veces al día, incluyendo en la noche, pues es esencial acostarse con la boca limpia. Mientras menos tiempo permanezca la placa sobre los dientes, menos daño provocará.
Para realizar una buena higiene basta con dedicar el tiempo suficiente y realizar una correcta técnica con los instrumentos indicados. Considero que parte de una buena atención odontológica es enseñar técnicas de higiene adecuadas a cada persona.
Por otro lado, cepillarse de manera agresiva no elimina ni manchas, ni sarro, por el contrario, solo daña las encías. Una limpieza realizada por el odontólogo es lo indicado periódicamente en personas propensas a la formación de sarro.
En la mayoría de las personas el aspecto de la sonrisa mejora notablemente cuando se devuelve la salud dentaria y gingival. Imaginemos que ya hemos realizado limpieza profunda, hemos cambiado restauraciones filtradas y realizamos las rehabilitaciones de las piezas deterioradas y faltantes. Hemos accedido a la salud bucal y también debemos arraigar el buen hábito de mantener una correcta higiene diaria. Ahora sí, es el momento de evaluar si todavía es necesario realizar un blanqueamiento. Muchas personas se encuentran tan conformes con su nueva sonrisa que se muestran desinteresadas por aquella técnica que los trajo al consultorio. Otros, más exigentes, prefieren cerrar su tratamiento con un blanqueamiento. A ellos, les sugiero siempre seguir las recomendaciones que tengan un sustento profesional. Un correcto diagnóstico permitirá saber si será efectivo o no el blanqueamiento dental.
El producto utilizado es un peróxido de hidrógeno o de carbamida, que en contacto con el diente se introduce por los microporos del esmalte hacia el interior deshaciendo las manchas. En ese sentido, hay que aclarar que al permanecer abiertos estos poros del esmalte las técnicas pueden en algunos casos generar hipersensibilidad. Otro dato a tener en cuenta es que no es definitivo. En promedio la duración del blanqueamiento es de dos años.
Existen técnicas populares para blanquear los dientes basadas en el uso de bicarbonato de sodio, limón o agua oxigenada, solo debilitan el esmalte y pueden causar daño en las encías. El blanqueamiento dental siempre debe realizarse bajo la supervisión de un odontólogo.
Que la estética sea consecuencia de buena salud.
Melina Davoise Odontóloga